INGREDIENTES
Tomates maduros de la Aldea (más o menos un kilo)
Pan del día anterior
Aceite de oliva virgen
Vinagre de cidra
Dientes de ajo
Sal marina
Pimienta negra recién molida
Agua mineral
Cilantro en rama
Es súper fácil. Se pone el pan remojo con agua, aceite y vinagre. Se añaden todos los demás ingredientes y se pasa por la batidora. Se enfría en la nevera y al servir se añade un poco de cilantro picado.
Bueno así es como lo hago yo. Es muy refrescante porque se toma fría.
Es importante que los tomates estén en su punto, bien maduros. La cantidad de ajos depende de si les gusta que pique un poco o no. A este último que hice le puse tres porque quería bastante salmorejo. Creo que lo ideal es ir probando y sobre la marcha rectificando de sal, agua, pimienta y todo lo demás. Si les gusta espesito se pone un poco más de pan. A mí personalmente me gusta beberlo, así que no uso mucho pan.
Mucha gente lo adorna, al servirlo, con jamón serrano en taquitos y huevo duro picado. Pero si eres vegetariano o no te apetece tomar nada de proteína animal, está riquísimo sin nada de eso, por eso no aparece en mis ingredientes. Con un toque de cilantro picadito por encima queda perfecto.
La combinación de cilantro y tomate es algo muy de la Aldea, me recuerda mucho a los sabores en casa de mi abuela. Ella cocinaba increíblemente bien, me imagino que como casi todas las abuelas. Nunca medía nada, todo lo hacía al ojo. Recuerdo preguntarle cuánto de algo llevaba una receta y ella siempre me respondía un pisco, un puñao, un poquito na más, y otras cosas parecidas. Eso es algo que a mí me sacaba de quicio, yo quería saber la receta exacta. No lo entendía, sin embargo ahora es algo que me encanta.
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